LOS ERRORES MAS FRECUENTES EN LA ALIMENTACION
monimariaromero2021-09-20T13:17:42-05:0010 de los 20 errores más frecuentes que cometemos los padres en la alimentación de nuestros hijos.
¿Sabes que los hábitos y las preferencias alimentarias se instauran en los primeros años de vida? La alimentación de nuestros hijos es una labor de muuucha pero mucha paciencia y persistencia, pero también es retadora! Todos los días son distintos con los pequeños… unos días nos asombramos de todo lo que comen, otros nos angustiamos porque entran en huelga de hambre, un día nos alucinamos porque tienen devoción por los arándanos, pero a la semana siguiente nos dicen que ya no les gustan y nos sentimos desorientados. Aunque los momentos de estrés seguramente te harán sentir culpable, recuerda que todas las decisiones que tomaste en relación a la maternidad fueron por las razones adecuadas.
El primer paso es reconocer y buscar ayuda. Todos tenemos desafíos, momentos complejos con nuestros hijos en donde sentimos que no contamos con las herramientas suficientes, o incluso sentimos culpa por pensar “no lo estamos haciendo bien”. Hoy quiero decirte: no sientas culpa si tu hijo no come como tú quisieras que comiera, eso no te califica como madre, piensa qué oportunidad tan grande hay de aprendizaje y empieza un día a la vez. Respira hondo. No todo está bajo tu control (y está bien ). Aquí estoy para apoyarte, acompañarte y brindarte herramientas para alcanzar una alimentación respetuosa y de forma positiva, sin angustia ni ansiedad, y logrando cambios progresivos y duraderos. Todos nos merecemos ser felices en la mesa

1.Tener muy altas las expectativas sobre tu hijo. Primero comienza por ti. Da el ejemplo de conductas alimentarias saludables. La imitación es la base de la educación alimentaria (si nosotros adultos comemos bien, al final ellos también lo harán). Presta más atención a tus propios hábitos y a tu relación con la comida que a la de tu hijo. Es frecuente escuchar “me preocupo más de su alimentación que de la mía”, pero el procedimiento debería ser a la inversa porque los niños aprenden más de lo que ven hacer que de lo que escuchan que se debe hacer. Igualmente, ¿sabías que los hábitos influyen en la salud mucho más que la genética? Un cambio nunca es demasiado pequeño! Todo suma
2. Comenzar antes de tiempo la alimentación complementaria. Hasta los seis meses la alimentación debe ser exclusiva de leche materna.
3.Ofrecer tés. Las únicas fuentes de hidratación de los bebés deben ser: agua natural y leche materna o de fórmula.
4.Ceer que la alimentación complementaria es sinónimo de alimentación sustitutiva. La alimentación complementaria es un proceso de aprendizaje en el cual buscamos que nuestro bebé disfrute comiendo y que sus gustos y preferencias se decanten hacia alimentos saludables. Ofrecer alimentos no implicará que se reduzcan las tomas de leche materna o de fórmula, que seguirán siendo a demanda, sino que permitirá al bebé ir descubriendo sabores y texturas cumpliendo un objetivo educativo y no sólo nutricional.
5. Ofrecer los alimentos extremadamente licuados o procesados y limitar la exploración de los mismos. Es fundamental una progresión de texturas (siempre recomiendo la formación de padres y/o cuidadores independientemente del método que vaya a usar cada bebé, ya que esto hace parte del éxito). Recuerda que existe una ventana de oportunidad para introducir los alimentos grumosos a los niños antes de los 9 a 10 meses de edad y, por eso, es importante progresar en las texturas una vez que se inicia la alimentación complementaria. Es decir, se puede empezar ofreciendo papilla, pero se debe avanzar a una textura de machacado, posteriormente a picado fino y por último, a picado grueso. Jamás se debe postergar la progresión de texturas, ya que al hacerlo se pueden presentar problemas de aceptación de alimentos y retraso en la incorporación a la dieta familiar. Asimismo, desde el inicio de la alimentación complementaria es conveniente dejar que nuestros hijos experimenten con los alimentos. Esto promueve una adecuada relación con ellos. Hay muchas formas de explorar! Hay niños que les gusta tomar la cuchara y llevársela directamente a la boca, también hay quienes sólo exploran con sus manos, pero lo valioso es permitirles que ellos interactúen, a su forma, con los alimentos. Permitirle a los peques que los conozcan es de gran importancia para que aprendan a identificar los diferentes tipos de verduras, frutas, cereales, proteínas, etc. Nuestros hijos necesitan conocer los alimentos para luego consumirlos

6. Darle más importancia a la cantidad que a la calidad. Si comen, pero lo que comen son alimentos vacíos de nutrientes, hay más riesgo de carencias que si comen menos pero alimentos densos en nutrientes. Este es uno de los errores más comunes cuando hablamos de la alimentación de nuestros hijos. Los niños comen por necesidad, no por obligación, y esta premisa la debemos tener siempre presente. Comer por encima de la señales de hambre y saciedad en bebés y niños con salud no sólo no es bueno, sino que es contraproducente y debemos hacer lo posible por mantener intacta esa autorregulación innata. Si la acción de comer se fuerza, se altera su función natural porque se desconectan de su cuerpo, no disfrutan de la experiencia y ven la hora de las comidas como algo aversivo. De igual forma, hay que tener siempre presente que el estrés y la presión pueden alterar la relación de los pequeños con los alimentos. La alimentación de los bebés y de los niños es mucho más fácil si ellos son los protagonistas. Lo principal no es conseguir que coman, sino que aprendan a comer, que gocen con los alimentos. Los niños tienen la capacidad innata de autorregular la cantidad de comida saludable que ingieren para obtener la energía que necesitan, y pueden reconocer y responder a sus señales internas de hambre y saciedad (lo normal es que el apetito de los niños cambie por días y por momentos, ya que sus necesidades de crecimiento también lo hacen. Lo raro sería que siempre coman igual). Confía en tu hijo, no es tan importante cuánto come, sino qué come y con quién.
7. No leer etiquetas. Los productos no son comida… son pseudo comida. Cumplen la función pero no tenemos la misma respuesta que cuando nos alimentamos con comida real. Muchas de las etiquetas aseguran cosas como “bajo en grasa”, “cero colesterol”, “cero calorías”, “libre de grasas trans”, “light”, “sin azúcar”. OJO! Por definición un alimento light es un alimento alterado. Usualmente la forma de hacer efectivo esto es quitando ingredientes naturales y sustituyéndolos por otros más dudosos. Si no captas algún ingrediente, déjalo. Muy probablemente no sea bueno.
8. Dar opciones abiertas. “¿Qué quieres comer?” Nuestra responsabilidad como padres es realizar un menú equilibrado y por ende, no deberíamos responder siempre a los deseos de nuestros hijos, que suelen decantarse por comidas que ya conocen. Una de las principales tácticas que tenemos que implementar es no preparar ni ofrecer comidas especiales ni individuales para nadie. Debemos planear los menús familiares y acostumbrar a los niños a que todos comemos lo que se ofrece en la mesa. Servir comidas familiares permitirá que imite y vea que los demás comen lo mismo, reduce el estrés de preparar diferentes alimentos y genera un ambiente de confianza y empatía.
9. Ofrecer solamente lo que le gusta a nuestros hijos para tener la tranquilidad (emocional) de que comen algo. La alimentación selectiva (también conocida como alimentación quisquillosa o exigente) es un comportamiento común en la primera infancia. Recuerda que es imprescindible presentar una dieta variada y equilibrada, ya que si se les deja de exponer a esos alimentos que no comen, es menos probable que los vuelvan a consumir en el futuro. Cuando empezamos el proceso de la alimentación con los niños, es muy importante la exposición a muchos sabores, texturas y olores porque de esta manera, mediante la exposición repetida, se logrará la aceptación. Lo único que permite que el alimento sea conocido es la constante exposición; por lo tanto siempre ten alimentos nuevos en tu casa para que a tus hijos se les vayan haciendo conocidos.
10. La forma en que servimos los vegetales. Considera que aprender a comer no es tarea fácil y es labor de nosotros como padres enseñarles a nuestros hijos y tener paciencia durante el proceso. Es un hecho que queremos que los niños coman vegetales, pero no siempre los presentamos de una manera atractiva. Servir vegetales aburridos no ayuda a que quieran comerlos. Introduce todo el color que puedas tanto en la comida como en la vajilla para que le llamen la atención y así sea más fácil que tengan la curiosidad de probarlos. Experimenta con muchos platos distintos, los que cuentan con separaciones pueden ser útiles para los más quisquillosos a quienes no les gusta que se mezclen los diferentes alimentos. Te comparto algunas herramientas simples para comidas divertidas: moldes de silicona, torres de aprendizaje, cortadores de cookies, snack toppers, cuchillos seguros para que puedan ayudarte en la preparación de los alimentos, cubiertos alegres.

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Maria Pia
Descubriendo La Maternidad
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